lunes, octubre 12, 2009

controle el uso de las palabrotas

A raíz de cierta frase me he puesto a pensar en ello. ¿Me importuna a mi el que la gente sea demasiado visceral expresándose? Si me cuentan la puta mierda de día o lo hasta los cojones que están de todo, desde luego que no.

Me acuerdo, sin embargo, de una vez que leí un artículo de una sabionda criticando no se qué, y me resultó tremendamente molesto de leer, por el uso excesivo de tacos y yosemasquetudes que incluía, sensación que también parecía tener algún que otro lector por los comentarios a pie de página que leí. Destaco esto porque en principio tenía toda la predisposición del mundo a estar de acuerdo con la tía (criticaba cosas que critico yo) pero se iba tan de lista y decía tantas barbaridades que acabó desagradándome. Y tengo en estima a otros columnistas/escritores, como por ej Arturo Pérez-Reverte, que como todos los que lo hayais leído alguna vez sabreis, no se ahorra un gilipollas ni para narrar Caperucita Roja.


No es, por tanto, el usar insultos o palabrotas en general lo que me molesta, sino la función que se les otorga. El uso adecuado y moderado de estas palabras ayudan a transmitir mejor el mensaje, causando una mayor impresión en las partes que se quieren destacar del monótono discurso. Y también en otros casos a descargar la ira y quedarse tranquilo, siempre que se sepa cómo, cuándo y dónde decirlos.

Lo que no puede ser es usarlas sin ton ni son y de forma constante. entonces, ni válvula de escape, ni enfasis, porque no se puede enfatizar nada en un discurso a gritos y tacos.

6 comentarios:

Guillelgas dijo...

eso es lo que pienso yo porque ME CAGO EN TU PUTA MADRE

Adrián dijo...

gracias, siñor

Javi el Hutt dijo...

te he visto inspirao adri jejeje

Adrián dijo...

Hombre hutt, se agradece verte por aquí. A ver si poco a poco voy recuperando y me comenta la misma gente o más que antes, que si no es un rollazo. Tú ánimo con el tuyo, que como mínimo tendrás mi feedback xD

Junkidriko dijo...

I agree one hundred percent.

Lord Ladillus dijo...

¡Vivan los tacos, cabroneeee!